lunes, 11 de mayo de 2020

Señales sutiles

Muchas veces nos dicen que recibimos señales del universo, de Dios, de los ángeles. A veces no las notamos, otras veces sí, pero no las entendemos y  en algunas ocasiones, tenemos el privilegio de notarlas y entenderlas. Si quieres lograr entenderlas, debes seguir pidiendo señales hasta que las puedas entender, para realmente comprenderlas hay que recibirlas con el corazón y con la guía de la intuición.

En esta historia sobre mi vida, en la que mi ángel guardián se hizo presente, aparecen señales que al principio parecían sutiles, luego tomarían más fuerza y me traerían una gran sorpresa.

Para ponerlos en contexto, les debo contar que con Jimena, una amiga de la universidad, tenemos un proyecto muy bonito donde generamos contenido sobre temas de crecimiento personal, espiritual y de conciencia. Con ella compartimos la pasión por esos temas y admiramos a muchas personas que han contribuido en nuestros caminos personales, uno de ellos es Julián Vallejo, él es un reconocido angeólogo, coach espiritual y escritor.

Supimos de él porque hacía predicciones angelicales muy interesantes en reconocidos medios de comunicación. Entonces, conectamos mucho con lo que él decía y cómo lo decía, lo empezamos a seguir en sus redes sociales, en su canal de YouTube, y en los horóscopos semanales que hace en su blog en El Tiempo.

Diciembre de 2018, nos encontramos con Jimena para celebrar mi cumpleaños, como ella sabe que yo sueño mucho y a veces no entiendo bien los mensajes que recibo, me regaló el libro Un ángel para tus sueños, escrito por Julián Vallejo. Precisamente, él en sus predicciones de 2019, para mi signo decía que el ángel de la guarda era el que me acompañaría ese año, que usara algún accesorio de plata. Como mi mamá y yo compartimos el mismo signo, cada una se compró un anillo de plata.

Viernes 11 de enero de 2019, Jimena y yo nos reunimos para organizar las preguntas para nuestros nuevos videos y hacer una lista de personas que nos gustaría entrevistar, ahí incluimos a Julián Vallejo, pensando contactarlo a futuro. En la reunión, Jimena, a través de los oráculos que había comprado, me dio un mensaje de los ángeles para el año, uno de los ángeles que me salió fue el ángel de la guarda, Jimena se sorprendió porque esa carta todavía no le había salido. Ese día, sentimos una energía muy especial y estábamos muy emocionadas por los videos que íbamos a realizar.

Al día, siguiente, el sábado 12 de enero de 2019, salí en la mañana con mi mamá y con mi tío, íbamos en Transmilenio y se subió un señor vendiendo novenas del ángel de la guarda, la compré porque nunca había visto a nadie vendiendo eso ahí. En la tarde, me encontré con mi amiga Ana para celebrar mi cumpleaños, me gusta celebrar mi cumpleaños y celebrar la vida. Ella me preguntó que a dónde quería ir, yo le contesté que yo me dejaba sorprender. Ana decidió que fuéramos a Usaquén. Dando vueltas por ese sector, conocimos un sitio nuevo y nos encontramos con un amigo de Ana. Los tres nos pusimos a hablar y a recorrer el lugar, de repente a lo lejos entre la gente vi a Julián, sí el mismo Julián Vallejo, mi primer impulso fue acercarme para hablarle, sin pensarlo tanto, lo hice.

Lo saludé, me presenté, le conté que me habían regalado uno de sus libros y que con una amiga lo queríamos entrevistar para un proyecto. Él fue muy amable, aceptó la entrevista y nos tomamos una foto. Yo estaba demasiado feliz, como si hubiera cumplido un sueño que veía muy lejano. Cuando llegué a casa, llamé a Jimena para contarle la historia y ella compartió esa emoción.

Mucho tiempo después, lo contactamos para reunirnos con él y conversar a fondo sobre los videos. Nos recibió con toda la buena energía en su consultorio, organizamos los detalles y días después grabamos las entrevistas (parte 1, parte 2parte 3 y parte 4). Nos fue tan bien con él, que ahora le ayudamos y apoyamos en la parte audiovisual. Además, puedo decirles que es un ser humano extraordinario, sus cursos y meditaciones han sido un gran aporte en mi camino y ahora también tengo la fortuna de decir que es mi amigo.

Agradezco a Dios, a los ángeles, a todos los seres de luz y a mi ángel de la guarda por ponerlo en mi camino y por la hermosa forma de escribir esta historia de amistad.


jueves, 7 de mayo de 2020

La sutileza de mi camino II

Y así como me desconecté, me volví a conectar. No fue de la noche a la mañana, tomó un buen tiempo, porque nuevamente me enfoqué más en lo terrenal, en lo material, en trabajar, en compartir con mis amigos y familia, dejé nuevamente de lado mis meditaciones, mi espiritualidad, y aunque vivía con cierta tranquilidad por las herramientas que ya había adquirido, muy dentro de mí sentía que algo faltaba.
Años después, se terminó el contrato que tenía para la entidad para la cual trabajaba, no era la primera vez que me quedaba cesante, pero no sabía bien qué hacer. Volví a reencontrarme con la espiritualidad, volví a meditar. Me di cuenta que la Casa de los Ángeles había cambiado su ubicación y ahora quedaba más cerca de mi casa.
Un día, mi tío (el mismo que me llevó a mi primera meditación, y es como un padre para mí) me dijo que él me quería regalar una sesión de canalización con ángeles. Para ese gran regalo estuve investigando mucho, conociendo por internet, mirando perfiles, tratando de encontrar a alguien que resonara conmigo.
Después de tanto averiguar, recordé a Diana Cadena de Conexión Estelar, a ella la había visto varias veces hablando de ángeles en televisión y me encantaba como transmitía los mensajes, además había tenido la oportunidad de conocerla personalmente en una charla que dio sobre ángeles.  Decidí ir a una sesión con Diana, la sesión fue maravillosa, recibí los mensajes que debía recibir y también me dieron muchas respuestas y salí con la energía recargada y una profunda felicidad.
Con toda la información que recibí empecé a sanar todo lo que debía sanar, a encontrar cómo podía  unir lo que amaba de mi carrera con lo que amaba de la espiritualidad y el bienestar para poder contribuir y compartir lo que he aprendido.
Ya en este reencuentro no me he vuelto a desconectar, aunque ha sido un camino desafiante en donde he tenido que enfrentar mis miedos, también ha sido reconfortante conocerme y mostrarme tal como soy, tener la oportunidad de conocer personas maravillosas, asistir a cursos, talleres, meditaciones y darme el regalo de seguir aprendiendo y profundizando mientras vivo en equilibrio entre la espiritual y lo material.