¿Qué pasaría si realmente pusiéramos en práctica lo de tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros?
Muy seguramente la energía de las relaciones interpersonales fluiría de una manera más amorosa y cordial, habría más amabilidad, respeto, compasión, tolerancia.
Sí, se lee muy bonito y parece casi utópico, pues no todos vemos el mundo de la misma manera, no todos pensamos ni sentimos igual, no tenemos el mismo carácter, ni vibramos en la misma frecuencia.
Aunque todos sabemos que el amor es una fuerza y energía poderosa. Así que si empezamos a generar actos de buen trato hacia los demás, estaríamos transformando la energía, la estaríamos elevando. Sencillas acciones como decir buenos días, por favor, gracias, hablar con amabilidad, saber escuchar y saber responder sin agresiones, dar el paso en la vía, respetar una fila, entre muchas otras.
Es verdad que hay personas que llegan a nuestras vidas como grandes maestros y muchas veces nos retan y no sabemos cómo podríamos llegar a entendernos con ellas, sentimos que nos menosprecian, no nos escuchan, no es posible hablar con ellas sin que se genere una discusión. A ellas también hay que tratarlas bien, y aunque no es fácil, es posible. Adicionalmente, debemos enviarles muchas bendiciones con amor. Al bendecirlas sinceramente desde un lugar de paz, nos permitirá transformar esa dinámica y transformar la energía de esa relación.
No debemos olvidar que la relación más importante de nuestras vidas es la que tenemos con nosotros mismos, así que sigamos amándonos incondicionalmente, valorémonos, tratémonos como nos gustaría que nos trataran.
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