La vida es magia, es un conjunto de milagros que a veces los damos por sentado porque sentimos que hacen parte de nuestra cotidianidad.
Desde las cosas que consideramos más sencillas hasta las que
vemos como algo enorme vibran en esa frecuencia de magia y milagros.
Al hacernos conscientes de que están ahí para nosotros, que
son regalos maravillosos para poder seguir evolucionando en este planeta, las
empezamos a apreciar más, a agradecer por ellas y celebrar su presencia.
Empecemos a celebrar porque estamos vivos, respiramos,
tenemos la capacidad de soñar y concretar. También porque disfrutamos del agua,
del sol, del viento, de la tierra y sus frutos, de la majestuosidad y belleza
de la naturaleza, de la compañía de nuestros familiares y amigos. Además
celebremos nuestros aprendizajes, los pasos amorosos que vamos dejando en la
tierra, nuestros logros y cómo encontramos muchas formas de servir a los demás.
Celebremos la vida, su magia y milagros porque nosotros
también lo somos y venimos a iluminar y dar nuestra luz.
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