Como les pasa a muchas personas, yo también creía que no
tenía suerte porque no me ganaba ni una sola rifa. Todo cambió desde el 2018,
cuando empecé a cambiar la forma en que veía ciertas cosas y empecé a cambiar
ciertas creencias limitantes.
Todo empezó cuando quise profundizar y trabajar en mi abundancia
y prosperidad. Esa intención me llevó a recibir señales, información, cursos,
conferencias, seminarios en los cuales trataban el tema desde diferentes
perspectivas y especialidades.
Obtuve interesantes herramientas que me permitieron abrirme
a la abundancia y a conectar con ella. Cambié visiones, pensamientos y
creencias que me estaban bloqueando. Aprendí muchísimo, me di cuenta de la
importancia de la gratitud y el merecimiento, de darte cuenta de todo lo que
tienes y el universo te ha brindado. Empezar a notar y agradecer que tienes un
hogar, una cama, que tienes la oportunidad de bañarte, que tienes alimentos,
que tienes vida, que tienes salud, que puedes disfrutar del sol, que tu familia
está bien, que por derecho divino naciste merecedor.
También dar gracias porque tienes lo que necesitas, sí,
porque recibes lo que es mejor para ti, para evolucionar, para avanzar. A veces
estamos pidiendo cosas que queremos y no nos las dan porque no las necesitamos,
no son relevantes para nuestro crecimiento. En cambio, cuando estamos alineados
y pedimos lo que sí necesitamos, van llegando las señales, va llegando la
información, va llegando lo que pedimos y podemos notar como la abundancia se
manifiesta en nuestras vidas.
Generalmente, asociamos la abundancia con el dinero, y
aunque están relacionados, ésta abarca cada detalle de nuestras vidas, desde el
más pequeño hasta el más grande, desde lo espiritual hasta lo material. La
abundancia se puede manifestar de diferentes formas que a veces no notamos
porque nos han enseñado que para ser abundantes hay que conseguir un empleo y
ganar dinero y aunque es una forma de vivir, hay muchas otras que también son
válidas y que al darnos cuenta que existen, podemos entender que siempre
estamos siendo sostenidos, que si fluimos con su energía, siempre estaremos
agradecidos por la abundancia que se manifiesta a diario en nuestras vidas.
Como dije al inicio, desde el 2018 quise profundizar y
aprender más sobre cómo podía conectar con mi abundancia y prosperidad. Bueno,
hasta el día de hoy sigo con ese deseo y sigo estudiando y aprendiendo. Se
preguntarán porque escribí que no creía que me ganara ni una sola rifa, pues el
año pasado me gané varios sorteos por Instragram, para ser exacta fueron tres y
pues los que han participado en concursos por esa red social entenderán que no
es fácil, incluso he participado en muchos más sorteos ahí, pero me he dado
cuenta que los que he ganado son lo que necesitaba.
El primero que me gané fue con Igor Kronfuz, a él lo conocí
en la Casa de los Ángeles de La Castellana, en una feria angelical dio una
charla y nos habló de su taller "Bolsillo lleno, corazón contento", me encantó lo
que contó y pensé que algún día lo podría hacer. Mucho tiempo después, él hizo
un concurso en su cuenta de Instagram para regalar un cupo en su taller, yo
participé con mucha cautela y al día siguiente me notificó que había ganado. Es
un taller donde se aprende bastante, la forma en que plantea nuevas formas para
atraer abundancia es maravillosa, Igor es una persona amorosa y muy dulce.
Ganarme ese concurso también fue una manifestación de cómo llega la abundancia
a mi vida. El segundo fue con Igor también, me dio varias opciones de premios y
decidí aceptar un libro suyo. El tercero, fue al finalizar el año organizado
por Juan David Cardona de Be.Think.Do y Kathe Hidalgo de Estudio Índigo. Con
Juan David estuve en una meditación de sanación poderosa y con Kathe estuvimos
hablando y ella canalizó la imagen de mi ángel en un hermoso dibujo.
Aunque he seguido participando en sorteos por esa red social
y no he ganado más, me siento agradecida y afortunada de haberme ganado esos
tres. Además, sé que la abundancia sigue manifestándose en mi vida de muchas
otras formas.