Muchas veces nos dicen que recibimos señales del universo,
de Dios, de los ángeles. A veces no las notamos, otras veces sí, pero no las
entendemos y en algunas ocasiones, tenemos el privilegio de notarlas y
entenderlas. Si quieres lograr entenderlas, debes seguir pidiendo señales hasta que las puedas entender, para realmente comprenderlas hay que
recibirlas con el corazón y con la guía de la intuición.
En esta historia sobre mi vida, en la que mi ángel guardián se hizo presente, aparecen señales que al
principio parecían sutiles, luego tomarían más fuerza y me traerían una gran
sorpresa.
Para ponerlos en contexto, les debo contar que con Jimena,
una amiga de la universidad, tenemos un proyecto muy bonito donde generamos contenido
sobre temas de crecimiento personal, espiritual y de conciencia. Con ella
compartimos la pasión por esos temas y admiramos a muchas personas que han
contribuido en nuestros caminos personales, uno de ellos es Julián Vallejo, él
es un reconocido angeólogo, coach espiritual y escritor.
Supimos de él porque hacía predicciones angelicales muy
interesantes en reconocidos medios de comunicación. Entonces, conectamos mucho
con lo que él decía y cómo lo decía, lo empezamos a seguir en sus redes sociales, en su canal de YouTube, y en los horóscopos semanales que hace en su blog en El Tiempo.
Diciembre de 2018, nos encontramos con Jimena para celebrar
mi cumpleaños, como ella sabe que yo sueño mucho y a veces no entiendo bien los
mensajes que recibo, me regaló el libro Un ángel para tus sueños,
escrito por Julián Vallejo. Precisamente, él en sus predicciones de 2019, para
mi signo decía que el ángel de la guarda era el que me acompañaría ese año,
que usara algún accesorio de plata. Como mi mamá y yo compartimos el mismo
signo, cada una se compró un anillo de plata.
Viernes 11 de enero de 2019, Jimena y yo nos reunimos para
organizar las preguntas para nuestros nuevos videos y hacer una lista de personas que nos
gustaría entrevistar, ahí incluimos a Julián Vallejo, pensando
contactarlo a futuro. En la reunión, Jimena, a través de los oráculos que había comprado, me
dio un mensaje de los ángeles para el año, uno de los ángeles que me salió fue
el ángel de la guarda, Jimena se sorprendió porque esa carta todavía no le
había salido. Ese día, sentimos una energía muy especial y estábamos muy
emocionadas por los videos que íbamos a realizar.
Al día, siguiente, el sábado 12 de enero de 2019, salí en la
mañana con mi mamá y con mi tío, íbamos en Transmilenio y se subió un señor
vendiendo novenas del ángel de la guarda, la compré porque nunca había visto a
nadie vendiendo eso ahí. En la tarde, me encontré con mi amiga Ana para
celebrar mi cumpleaños, me gusta celebrar mi cumpleaños y celebrar la vida.
Ella me preguntó que a dónde quería ir, yo le contesté que yo me dejaba
sorprender. Ana decidió que fuéramos a Usaquén. Dando vueltas por ese sector,
conocimos un sitio nuevo y nos encontramos con un amigo de Ana. Los tres nos
pusimos a hablar y a recorrer el lugar, de repente a lo lejos
entre la gente vi a Julián, sí el mismo Julián Vallejo, mi primer impulso fue
acercarme para hablarle, sin pensarlo tanto, lo hice.
Lo saludé, me presenté, le conté que me habían regalado uno
de sus libros y que con una amiga lo queríamos entrevistar para un proyecto. Él
fue muy amable, aceptó la entrevista y nos tomamos una foto. Yo estaba
demasiado feliz, como si hubiera cumplido un sueño que veía muy lejano. Cuando
llegué a casa, llamé a Jimena para contarle la historia y ella compartió
esa emoción.
Mucho tiempo después, lo contactamos para reunirnos con él y
conversar a fondo sobre los videos. Nos recibió con toda la buena energía en su
consultorio, organizamos los detalles y días después grabamos las entrevistas (parte 1, parte 2, parte 3 y parte 4).
Nos fue tan bien con él, que ahora le ayudamos y apoyamos en la parte
audiovisual. Además, puedo decirles que es un ser humano extraordinario, sus
cursos y meditaciones han sido un gran aporte en mi camino y ahora también tengo la
fortuna de decir que es mi amigo.
Agradezco a Dios, a los ángeles, a todos los seres de luz y
a mi ángel de la guarda por ponerlo en mi camino y por la hermosa forma de
escribir esta historia de amistad.