En una poderosa meditación el lunes, decidimos dejar atrás muchas personas o circunstancias que no nos permiten avanzar y ser quienes realmente somos con todo nuestro potencial. Después de hacer la meditación, una de las grandes reflexiones de quien la guiaba fue que nosotros mismos somos los que no nos permitimos seguir adelante.
Más que la pareja, el trabajo, o las circunstancias externas a las muchas veces culpamos porque nos sentimos estancados, debemos mirar hasta qué punto hemos permitido que así sea. Nos quejamos de estar en un trabajo que no nos gusta, que no resuena con nuestra esencia y nos permitimos quedarnos ahí porque es más cómodo que estar en otra empresa o tener un negocio propio. Cuántas veces hemos sufrido por un amor de pareja no correspondido, pero seguimos en la relación porque queremos hacer que funcione, el amor no funciona simplemente es y no podemos forzarlo.
Más que culpar a las circunstancias externas, por qué no miramos hacia dentro, por qué no miramos que es lo que estamos escogiendo o dejando de escoger, qué y cómo estamos manifestando, cuáles son nuestros miedos, cómo están nuestra autoestima, confianza y merecimiento. Cuando empezamos por nosotros y empezamos a ser nuestra mejor versión, a vibrar en alta frecuencia, en ser amor, nuestras alas se despliegan, empezamos a tomar vuelo y vemos como nuestra vida se empieza a transformar.
